TE ESTOY PROCESANDO.
Un amigo –Cuenta Billy Graham- Caminaba por la calle
triste y cabizbajo, este hombre lo tenia todo, esposa, hijos, un buen trabajo
que le generaba excelentes ingresos, con lo cual proveía una buena vida a su
familia. El hombre también contaba con varios amigos con los cuales salía a
divertirse en reuniones sociales, eventos, fiestas y demás, en algunas ocasiones
acompañado por su esposa y otras también por sus hijos.
Cada día al llegar del trabajo se reunían todos a la
mesa para cenar y compartir el día que tuvieron, un día de camino a un
restaurant para almorzar, se le acerca un extraño que tenía un ancho libro en
su mano, este hombre le traía una muy buena noticia y era la salvación que solo
en Yeshua el Mesías podía obtener, al ver el predicador que el hombre recibió
la noticia con agrado decide invitarlo un domingo a una de las reuniones de su
congregación y le pide que lleve a su familia, al siguiente Domingo el hombre
asiste con toda su familia y todos reciben a Yeshua en sus corazones, ahora
eran doblemente ricos, pues no solo vivían bien sino que también eran hijos
legales del Padre Celestial.
Una noche uno de los amigos de este hombre lo invita a
divertirse un rato a un casino, el hombre sin pesar en nada negativo que podría
pasarle acepto, ya en el lugar, entre tragos y juego comenzó a ganar algo de
dinero lo cual lo animo al punto en el que asistía a este tipo de lugares con
frecuencia. Entre juego y juego eran más las veces que perdía que las que
ganaba pero cada vez que ganaba se animaba a seguir probando suerte, lo cual no
en todas las ocasiones daba resultado, le dedicaba tanto tiempo a estos lugares
de juego que poco a poco comenzó a alejarse de su familia, al salir de allí,
agotado mentalmente no se podía concentrar en su trabajo lo que causo que
eventualmente lo despidieran, esto fue un duro golpe para la economía de su
familia, sin embargo el hombre creyó que con el juego podía ganar dinero
suficiente para acumular un capital y comenzar su propio negocio,, grave error,
pues sucedió todo lo contrario, el hombre todo lo que le había quedado, causándole
no solo un problema económico sino también un gran problema familiar al punto
en el que su esposa decide divorciarse de él ya que podía aguantar más el vicio
de su jugador esposo. Este hombre perdió todo y quedo en la calle, caminando un
día por una acera va pensando en lo que le paso preguntándole a Dios porque si
ahora era su hijo le tocaba vivir todo lo que estaba viviendo, unos pasos más
adelante pasa por una construcción y ve a un hombre golpeando una piedra con un
cincel y le pregunta.
-¿Qué haces con esa piedra?
-La estoy procesando para colocarla en ese muro. Le
contesto el hombre.
Luego el levantando su mirada vio un enorme y hermoso
mural, con piedras hermosamente trabajadas que además eran brillantes y
formaban parte de una estructura que soportaba un aun más hermoso vitral, en
ese momento aquel hombre escucho la voz del Padre Celestial que le dijo…Te
estoy procesando aquí en la tierra porque quiero que formes parte de una
hermosa obra de arte.
Amado, no quiero que pienses que para formar parte de
la familia de Dios debes perderlo todo y mucho menos que al recibirlo en tu
corazón El te va a quitar todo, te quiero decir que al iniciar tu camino con el
Señor él va a iniciar un proceso en tu vida que te va a permitir llegar al
lugar al cual el Padre quiere llevarte, desde hoy déjate procesar y entiende
que así como el alfarero moldea la vasija de barro de igual manera el Padre te está
dando forma y que eso te lleva un
proceso como el de la semilla, se echa en la tierra, la semilla brota y crece
en un tallo, luego la espiga, luego grano lleno en la espiga y cuando el fruto
lo permite enseguida se cosecha porque ha llegado su tiempo Marcos 4;26-29
Déjate procesar, recuerda que el que comenzó la buena
obra en ti la perfeccionara hasta el día de Yeshua el Mesías nuestro Señor. Paz
y abundantes bendiciones para ti.
Maestro
Lesme Díaz.
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