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miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Sientes ira?

¿Sientes ira?




Trasfondo bíblico: Efesios 4:26-32; Santiago 1:19-20; Marcos 3:1-5
Pasaje bíblico focal: Efesios 4:26-32; Santiago 1:19-20
Idea principal: Dios quiere que aprenda a expresar mi ira positivamente.
Pregunta para la vida: ¿Que quiere Dios que yo haga con mi ira?
Meta de enseñanza; Ayudar a los jóvenes a identificar maneras de expresar su ira
positivamente.

La ira puede lastimarte (Efesios 4:26-28)

4:26 En esta sección de la carta de Pablo a los efesios, él ofreció ejemplos concretos acerca de los principios ya mencionados. Uno de esos ejemplos trata con la ira. La Nueva Versión Internacional (NVI) traduce la declaración: “Si se enojan, no pequen”.1 Hay por lo menos cuatro interpretaciones diferentes para la cita en la primera mitad de este versículo, sin embargo, traducciones diferentes parecen favorecer una o la otra. ¿Es imperativa la declaración, un mandato a enojarse? Algunos argumentan que esto justifica algún tipo de “ira justa”. Tal vez esta declaración nos da permiso para enojarnos, reconociendo que la ira es inevitable. (“Bueno, adelante, enójate si no puedes evitarlo”.) Una tercera interpretación afirma que este versículo concede que la ira es mala y debe ser evitada; sin embargo, cuando no podemos evitar airarnos, no debemos permitir que nuestra ira se salga fuera de control. Una cuarta sugerencia es que la declaración es condicional y simplemente quiere decir que la ira es una emoción que debe ser aceptada, por lo que la NVI expresa la frase: “Si [ustedes] se enojan”. Los cristianos luchan con el problema de la ira. Con esta suposición en mente, Pablo nos ofrece consejo en cómo detener la ira antes de hacer daño. La ira debe ser controlada. En el Antiguo Testamento, Dios ya había instruido que asuntos entre seres humanos deben ser resueltos antes de la puesta del sol (Deuteronomio 24:13-15). Para el judío, la puesta del sol era el comienzo del día siguiente. La implicación para la ira es que, si vas a enojarte, el enojo no debía ser a largo plazo. Cuando permitimos que pase al día siguiente, nuestro enojo infecta. Se convierte en una obsesión. Mientras más tiempo estamos airados, más tiempo nuestra mente tiene para buscar venganza y abrigar amargura.

“Si se enojan, no pequen” es una cita de Salmos 4:4. Tal vez Pablo estaba pensando  acerca del resto del versículo que dice: “Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón”. La ira no resuelta antes de que una persona se retire al final del día interferirá con los pensamientos reflexivos que evalúan las actividades del día.

4:27 Pablo continuó su pensamiento acerca de la ira reconociendo que la ira no resuelta es una manera excelente para que el diablo entre y use la ira para promover la maldad. La palabra usada aquí para diablo (diabolos) literalmente quiere decir calumniador. Una relación rota le provee al diablo la oportunidad de volver su ira en amargura, venganza, chisme, calumnia y, en casos extremos, daño físico y asesinato. Aún si la persona nunca
desahoga su ira acumulada contra otra persona, el daño es indiscutible. La ira no resuelta
hace daño, desde actitudes que afectan relaciones futuras a problemas internos de salud.
4:28 Otra característica de la naturaleza pecaminosa es el robar. Un problema de aquel entonces y de ahora, el robo nos afecta a todos de diferentes maneras. Pablo admitió que para algunos nuevos convertidos en Efeso el robo fue su medio de sostén, su estilo de vida. Esto debe parar. El sostén económico de una persona debe venir del trabajo honesto. La palabra usada aquí para “trabajo” se refiere a un trabajo arduo que produce fatiga. El trabajo arduo siempre ha sido parte del plan de Dios para la humanidad. Lo que tenemos lo debemos haber ganado, no quitado a otros.
La última parte del versículo le da a los cristianos una razón para trabajar diferente a la del resto del mundo. Mientras nuestra sociedad nos dice que nuestra motivación para trabajar es hacer más dinero y acumular más cosas, la motivación cristiana es poder dar. Trabajamos para ayudar a otros. Recibimos para dar.

Qué dice la Biblia a los jóvenes

Los jóvenes de hoy conocen bien acerca de la ira, de cómo conduce al chisme, a la venganza, y a destrezas personales disfuncionales. Algunos viven airados constantemente contra sus adres, otros contra un maestro o un entrenador. Todos los jóvenes luchan con el enojo entre amigos. Ellos necesitan aprender a lidiar con el enojo en una manera oportuna. De igual manera, algunos jóvenes hoy día piensan que robar en las tiendas es más un reto o una emoción intensa que un crimen. Viven en una cultura que los anima a robar respuestas para un examen e identidades en el “internet” así como dulces en una tienda. La ética de trabajo a la que Pablo se refiere debe ser enseñada a generaciones futuras.

La ira puede lastimar a otros (Efesios 4:29-30)

4:29 La próxima área en la cual los nuevos creyentes en Efeso debían cambiar su comportamiento fue en la manera en que hablaban. Pablo les dijo que no había lugar para “conversación obscena” en su lenguaje. La palabra traducida “obscena” es usada en otros lugares para referirse a pescado o fruta podrida. Significa algo asqueroso, podrido, o en decadencia. Aquí describe cualquier hablar vil o despreciable. Esto incluye de seguro el chisme, lenguaje sucio, mentiras, indirectas, chistes de doble sentido o sucios, críticas rudas, historias que degradan a otros, y cualquier cosa que causa que el que escuche piensen cosas que no son buenas. En pocas palabras, “obsceno” se refiere a cualquier cosa que es vil o despreciable. Muchas veces, la motivación para tales conversaciones comienza con ira no resuelta. Igual que una fruta podrida puede causar que otras frutas se dañen, así el lenguaje de una persona puede causar daño a otros.
En vez, el lenguaje que sale de nuestra boca debe ser uno que edifique a otros. Nuestro hablar debe edificar y fortalecer a otros. Debemos hacerlo de acuerdo a “quienes nos escuchan”. Obviamente, unos tienen una mayor necesidad de ser exhortados y halagados que otros. Cuando consideramos cada personalidad individual y las necesidades de cada individuo en particular, podemos edificar a esa persona. ¿Cómo sabemos cuando nuestro lenguaje edifica a una persona? La respuesta es-- lo que bendiga a esa persona. La palabra “bendición” quiere decir impartir gracia. Esto remueve cualquier consideración de si una persona merece tal edificación. La pregunta que juzga toda nuestra conversación debe ser: “¿Ha ayudado esto a la otra persona?” Igual que una persona que robaba ahora trabaja para ayudar a otros económicamente, así una persona que calumniaba debe ayudar a levantar la estima de otros con sus palabras.

4:30 Evidentemente, “conversación obscena” y el no edificar a otros contrista al Espíritu Santo. Dios desea que las personas se lleven bien unos con otros. Cualquier actividad que promueve lo opuesto, entristece a Dios. El Espíritu Santo es contristado porque no le hemos permitido que controle nuestros pensamientos y palabras. Por lo tanto, estamos causando separación entre creyentes, y no estamos en armonía y compañerismo con ellos.
Pablo mencionó al Espíritu Santo. Él habló de la función del Espíritu Santo como la garantía de nuestro futuro- “con el cual fueron sellados para el día de la redención”.

4:31 Este versículo tiende a resultado de lo que nos hace enojar, robar, y hablar mal de otros. La amargura es una actitud que rehúsa reconciliarse con otra persona. La furia es una explosión de ira. La ira puede ser furia que se mantiene adentro. Discutir es el comportamiento audible de aquellos que insisten en dejarle saber a todo el mundo cuán molestos están. La calumnia es simplemente destruir la reputación de otra persona. La malicia es la palabra general que se refiere a cualquier cosa mala que destruye relaciones. Por lo tanto, “toda forma” de malicia debe ser eliminada de nuestras vidas.

4:32 No es suficiente deshacernos de esas cosas que son perjudiciales o que dañan relaciones. Deben ser reemplazadas con lo que es bueno. La bondad, la compasión y el perdón son siempre apropiados en cualquier relación. La bondad quiere decir tomar la iniciativa en responder a las necesidades de otros. Se refiere a como actuamos. La palabra traducida “compasivo” (NVI) también puede ser traducida “de corazón tierno” y trata con cómo nos sentimos hacia otras personas. “Perdonándonos mutuamente” se refiere a tomar una acción que asegura el futuro de la relación. Estas tres características son evidentes en la manera en que Dios se relaciona con nosotros.

Qué dice la Biblia a los jóvenes
Los jóvenes de hoy viven en una cultura que desprecia a otros. Muchas de las películas y música se centran en temas acerca de tener una actitud desafiante. Estos versículos se oponen a mucho de lo que la cultura popular enseña y será de mucha utilidad reintroducir
la cortesía y la civilidad en todo, desde la educación hasta la política.

La ira perjudica su testimonio (Santiago 1:19-20)

1:19 Santiago inició este consejo práctico con una palabra que es equivalente a nuestro decir escuchen antes de decir algo importante. A pesar de que Santiago tenía mucho que decir en su carta acerca de la lengua, su primer consejo fue callarla. En el contexto de este libro, su consejo fue apropiado también para lidiar con tiempos de pruebas y para maestros de la Palabra de Dios. El consejo de Santiago es también apropiado al tratar con el enojo. Escuchar antes de hablar clarificará mucha de la confusión causada por la ira.
Santiago no está diciendo que el silencio por sí mismo es suficiente. Debe ser reemplazado con escuchar activamente. Uno que es pronto para escuchar está listo para escuchar y está expresando amor y compasión. Uno que es lento para hablar, habla con humildad y paciencia. Las palabras de la persona son seleccionadas cuidadosamente y en oración. Tales conversaciones generalmente no conducen a la ira. Tal vez el argumento de Santiago se puede resumir como: Escuchar más + hablar más = menos ira.

1:20 Nuestra ira no conduce a la vida justa que Dios desea que vivamos. Ya que otros ven nuestras vidas como un testimonio de la gracia de Dios, nuestro hablar y nuestra conducta deben reflejar tal justicia. Si las personas que nos ven, ven ira, no ven a Dios.
Todos los atributos que acompañan a la ira no permiten que los demás vean la gracia en nuestras vidas. En otras palabras, ser lento para escuchar, pronto para hablar y pronto para enojarnos es ser un testigo pobre.

Qué dice la Biblia a los jóvenes

Muchas veces, los jóvenes se enojan porque no entienden a capacidad una situación dada.

Muchas veces el malentendido es el resultado de hablar más que escuchar.

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